Paciencia...

Cuando tienes niños pequeños, tu vida está llena de desorden, caos, horarios estrictos pero sobre todo, está llena de felicidad y de buenos momentos.

Cierto es que la maternidad no es un camino de rosas pero cuando te conviertes en madre, de repente, salen de dentro de ti mil cualidades que antes no sabías que tenías.

Pero si hay alguna cualidad que debes tener por encima de todas y perfeccionarla cada día, esa el la Paciencia.

Paciencia para no volverte loca cuando dices las cosas veinte veces.
Paciencia cuando les dices a tus hijos que recojan los juguetes, que vengan, que se sienten ahí, que te obedezcan...

A medida que mis hijos van creciendo un poquito más, ahora que no son tan bebés, he de multiplicar esa paciencia por veinte millones si no quiero caer tiesa de estrés. Así está mi tic del ojo, que no termina de irse el muy...

Paciencia para llevar a tu hijo a su cama seis y siete veces en una noche. Que viene cargando el Papú, un gusano más grande que él y tres coches en la mano...a las 4 de la mañana....

Paciencia para decirles que no se tiren al suelo en el restaurante y se pongan a hacer la croqueta.

Paciencia a la hora de sacarlos del baño, de vestirlos, de darles la cena...

En fin, debes respirar muchas veces al cabo del día.

Pero con todo y con eso...el mejor de los trabajos es la maternidad. Eso es lo que sentí el viernes al llegar a casa y encontrarme así a mi enana...

Paciencia la que tuvo nuestra "tata" para cogerle esa coleta...Que menos mal que la tengo a ella y me siento muy privilegiada por ello.

Y por eso, porque al ver a nuestros peques esa paciencia parece que se alimenta...no nos queda otra que seguir con los Tic en el ojo y respirar un par de veces antes de dar el grito.

Besos desde el Sur

Feliz lunes