viernes, 11 de diciembre de 2015

Bye Bye 34...

En unas horas, esta que os escribe, dejará atrás los 34 para meterse de lleno en los 35.

Treinta y cinco...Cuando me preguntan cuántos cumplo y lo digo me dicen silbando, "guau, quién los pillara...".

Eso es porque soy la bebé de algunos de mis grupos de amigos.

Dejo atrás los 34 y no negaré que ha sido un año difícil. Duro. Lleno de altibajos.

Recuerdo que mi pasado cumpleaños no fue nada especial. Estaba triste. Rota. Desanimada. Soplé las velas en una magdalena con la única presencia de mis tres niños.

Ha pasado un año. Y ciertamente, ya no soy la misma.

Soy una Rut diferente.

Una Rut que decidió que el sufrimiento ya había sido suficiente, y decidió mirar al frente.

Como miles de personas valientes lo hacen.

No vale rendirse. Siempre hay muchas más opciones que rendirse.

Dejo atrás un año complicado pero ¿sabéis que?

Que también dejo atrás un año donde la vida me ha demostrado que soy una afortunada.

Donde he visto que hay muchísima gente que me quiere. Que me apoya. Y que está y estará siempre a mi lado. Y lo estarán porque sí, porque simplemente me quieren.

Un año en el que me he sentido mimada. Querida, arropada.

En el que he llorado y reído a la misma vez. Un año en el que me he dado cuenta de mi capacidad de superación, de mi fortaleza.

Un año en el que me he dado cuenta que a pesar de la oscuridad de la noche siempre sale el sol por la mañana.

Un año en el que he aprendido a valorar el tiempo que paso con mis hijos. Sus sonrisas, sus abrazos, sus besos. Sus te quiero.

Pero también un año donde he aprendido a valorar el tiempo que paso conmigo misma. Sola.

Un tiempo valioso. Donde encontrarme a mi misma ha sido una sorpresa enriquecedora.

He sentido Luz en mi oscuridad.

No me voy a quedar con lo malo sino con lo bueno. Aunque sinceramente no echaré de menos los 34.

Porque pienso comerme con papas los 35!!!

A todos los que estáis conmigo, gracias!

Mañana será un enorme placer cumplir años junto a vosotros.

Feliz fin de semana

Besos desde el Sur

miércoles, 2 de diciembre de 2015

Una vida...

Solo tenemos una vida. Es lo único que es nuestro, nos pertenece, y es lo único que prácticamente podemos gestionar y controlar.

Decidimos como vivirla, cómo tomarnos las cosas que nos rodean o que nos afectan directamente.

No podemos controlar las enfermedades que de repente nos azotan pero si podemos controlar y decidir cómo afectarán a nuestra vida.

Estos días he aprendido una lección. Que la vida se va así, en un segundo...Se te escapa de las manos como el agua entre tus dedos.

Y a veces nos preocupamos tanto por tonterías. Son nuestras tonterías, de acuerdo, pero es todo a veces tan...superficial.

Yo ahora cuando me levanto por las mañanas me digo a mi misma. A ver, ¿por qué puedo sonreír hoy?.

Pues primero porque estoy viva!!!! si señor, Viva!!!! Y lo mejor de todo es que tengo salud. Eso es primordial.

Sólo por eso ya debemos sonreír y decir, hoy va a ser un buen día porque yo me lo propongo!.

Luego abro mi armario y veo que me hace falta urgentemente renovar mi vestuario...jajajaja.

Pero luego escucho esa vocecita que me dice: Buenos días, Mami!

Y ese momento...ese momento en el que vuelvo a meterme con mi niño en la cama a abrazarlo y llenarlo de besos, aunque me quiera apartar y me diga que soy una pesada...En ese momento la sonrisa está asegurada...

A los cinco minutos es el turno de la Rubia. Si ella no viene porque es sin duda la más remolona de la casa, voy yo. Adoro la carita que pone cuando empiezo a despertarla con besos. Como si no hubiera para ella otro momento mejor en el día...

La Peloti es el más trasnochador. Y mientras siga en la dolce vita de no ir a guarde ni a cole, ahí duerme él hasta bien entrada la mañana así que me voy a trabajar sin verlo.

Os dije hace tiempo que he elegido ser feliz. Y pienso que tengo muchos motivos para serlo. Soy de las personas más afortunadas que existen, sí, lo soy, porque tengo a mucha gente maravillosa a mi alrededor.

Y luego soy yo misma. Me he dado cuenta de que soy fuerte. De que a pesar de las cosas que ocurran en mi vida yo no dejo de sonreír. Está feo que yo lo diga, pero es que es así. Jejejeje.


Sé camuflar muy bien mi tristeza o si tengo un mal día. Si yo estoy mal pero tú también, tú será mi prioridad.

Estos días atrás he aprendido una lección. Que un día estamos aquí y al otro no. En cinco minutos cambia nuestra vida. Nos dan una noticia y de repente, BooM.

Así que hay que elegir vivir la vida felices. Dando gracias por lo que tenemos, aunque sea poco.

A lo poco hay que sacarle un mucho.

La vida es bella...Y si no lo es, la maquillamos un poquito y listo.

Besos desde el Sur