martes, 27 de octubre de 2015

La niña de mis ojos...

Supe que ella era una valiente desde el momento en que la vi. Desde el momento en que me miró con sus grandes ojos azules. Desde el momento en el que agarró con fuerza mi mano.

Supe, desde el momento en que la vi, que estaríamos conectadas para siempre. Que yo primero soñé con ser madre, luego soñé con una princesa y Dios me la concedió.

Hace cinco años que me siento la mujer más afortunada del universo.

Y hace cuatro que la vida me la puso en el camino a ella. Mi rubia preciosa.

Supe desde el momento en que la vi que ella sería un huracán. Y que conseguiría todo lo que quisiera en la vida. Ellas es más valiente que yo.

Al mirarla no puedo evitar sonreír porque realmente es un pequeño calco mío.

En apariencia...en carácter ella es diferente.

Atrevida, loca, decidida, a veces algo llorona pero ella es mi ángel...

Supe desde el momento en que la vi que desde ese instante nos uniría ese hilo invisible que unen a una madre con su hija. Una complicidad. Un sentimiento.

A pesar de que de los tres es la menos madrera...Ella es independiente, novelera, a veces algo descuidada pero con su sonrisa mueve montañas y se gana corazones.

Sólo ella puede ser la hermana del medio.

Sabe imponer su lugar. Sabe que nos tiene completamente hipnotizados desde el momento en que nació.

La princesa de papá y la niña de mamá.

Supe que me daría guerra desde el momento que la vi.

Ella es diferente de los hermanos. Ella discute más. Chincha más. Se enfada más.

Como le digo siempre, ella es mujer.

Es así. Quien tenga entre sus hijos chico y chica sabrá a lo que me refiero.

Supe desde el momento en que la vi que ya mi vida nunca sería la misma. Que ella había llegado para completarnos.

Y si pensaba que el amor que sentía por su hermano era inmenso, cuando ella llegó supe, que da igual los hijos que tengas, que el corazón de una madre es capaz de hincharse e hincharse y tiene cabida todo ese amor que sólo una madre puede sentir.

Supe desde el momento en que la vi, que esta era una rubia peligrosa.

Pero es mi rubia. Mi llorona. Mi niña bonita. Y el nombre que siempre soñé.

 
 

Te adoro Cayetana.

Feliz martes

Besos desde el Sur

viernes, 23 de octubre de 2015

Mis estrellas...

¿Os he dicho alguna vez que odio a mi profesora de GAP? pobrecita...pero es que nos miente...sabéis eso de... venga que éstas son las últimas de verdad...MENTIRA, cuando crees que has terminado, te mete otra serie de 8 de sentadillas y se queda tan ancha...

Pues como eso, todo.

Una vez leí en un libro súper interesante, la historia de unos mineros que se quedaron encerrados. Sabían que el oxígeno podría acabarse antes de que llegaran para rescatarlos. Sólo uno de ellos tenía un reloj y era el encargado de ir diciéndole a sus compañeros el tiempo que les quedaba. Decidió engañarlos e ir diciéndole siempre que habían superado un tiempo largo. Ya pasó media hora. Cuando sólo habían transcurrido quince minutos. De esa manera, cuando llegó el rescate, todos los mineros habían sobrevivido. Todos menos uno. El que poseía el reloj.

Un poco de eso creo que hace mi profesora, te anima diciendo que ya vas a acabar pero ella sabe que te queda algún esfuerzo más...

Y tú mantienes esa esperanza.

Yo ya os hablé de mi esperanza y me despedí de ella hace tiempo, pero sólo en un determinada cosa, en otras la sigo manteniendo.

Alguien me dijo una vez que siempre quedará esperanza mientras haya buenas personas en el mundo.

Y yo, gracias a Dios, estoy rodeada de muchas de ellas.

Son mis estrellas.

Y hoy quiero hablaros de ellas.

Mis primeras estrellas son tres. Las más luminosas, las que más brillan en la oscuridad. Las que me sacan una sonrisa aunque esté profundamente triste. Estas estrellitas también logran volverme loca a veces...y me agotan otras tantas...Pero mi vida no tendría sentido sin ellas.

Son como la estrella de la Navidad, esa que me guía a mi destino.

Mis siguientes estrellas son las que están conmigo desde siempre, las que me vieron nacer y desde entonces uno de sus objetivos en su vida es cuidar de mi. Da igual lo que yo haga o diga o los desvíos que tome en mi camino. Ellas siempre están ahí. Una, decidió volar hasta el cielo para cuidarme desde allí, pero yo la noto cerca. Y dentro de mi, día tras día. Sé que nunca me abandona. Dejó ella aquí en la tierra a unas cuántas estrellas muy muy valiosas para cuidarme.

Mis siguientes estrellas han estado conmigo siempre, en el campo de batalla. En la infancia, en mi adolescencia, en mis mejores años, algunas me acompañan desde el principio, otras se han ido uniendo en mi camino y decidieron quedarse.

¿Sabéis cuántas estrellas me rodean?

En realidad me siento una privilegiada. Porque son todas ellas las que iluminan mi camino. Siempre.

Y hoy, simplemente, les quería dar las gracias por aparecer. Por quedarse. Por estar. Por no abandonarme.

Millones de gracias

Feliz fin de semana

Besos desde el Sur

martes, 20 de octubre de 2015

Rendirse no es una opción...

Rendirse, es de cobardes...

Y yo nunca me he considerado una cobarde...Pero diré que en más de una ocasión he deseado tumbarme, cerrar los ojos y sencillamente...rendirme...dejar de luchar, dejar de tirar del carro yo sola, dejar de sentir...Dejar, dejar, dejar...

Hace tiempo que no vengo a escribiros unas palabras...sencillamente no se por qué a veces me quedo bloqueada y dejo de escribir...

Hoy sencillamente esta frase me ha hecho reflexionar...



Es por eso que yo siempre recomiendo luchar por lo que se quiere. Y que siempre que se luche se haga con el corazón, con el corazón latiendo a todo pulmón...De nada vale hacer las cosas a medias, o sin tener claro por lo que se lucha.

Todos lo que conocen mi situación saben que he luchado, lo he hecho convencida. Y no me arrepiento, luché porque así lo sentía...

Y no es que ahora haya dejado de hacerlo, simplemente luchar sola es muy duro...y cuando empiezas a ver que la lucha es en balde...simplemente dices ¿Para qué?...

Me encantaría que mi lucha tuviera un final feliz. Aún sigo queriéndolo...Me encantaría que todo quedara en una pesadilla y tuviera un final feliz.

¿Eso es posible? No lo sé...sencillamente no puedo saberlo, pero como siempre digo, mientras haya amor...

Cuando a veces mi hijo me dice "Mamá, no puedo hacerlo...", lo miro y le digo: "inténtalo!"

Como entonces yo no voy a planteármelo...

En estos momentos de mi vida yo no puedo mover ficha. Simplemente puedo esperar y si llegara el momento pues entonces si lucharé. Juro que lo haré.

Mi piel no se quedará intacta.

Y nuestro amor tendrá cicatrices, es cierto, algunas quizás nos recuerden siempre cómo nos las hicimos pero como siempre digo, el tiempo y el amor, pueden curarlo todo...

¿Miedo? Mucho...todo el del mundo...Pero que nunca eso ciegue nuestro camino.

Podré arrepentirme si me equivoco pero nunca podrás arrepentirte de algo que no has hecho.

A veces me gustaría ser como mi hijo Juan. Sin miedo a nada...valiente, intrépido, decidido, con coraje...

Él sabe lo que quiere y va a por ello.

Rendirse no es una opción.

Y con toda esta reflexión os deseo un feliz martes-lunes, ya que para nosotros ayer fue festivo.

Besos desde el Sur

martes, 6 de octubre de 2015

A nosotras...

Hoy quiero dedicar esta entrada a nosotras mismas, a todas las mamis, mujeres y superwoman del mundo...

A nosotras, que nos despertamos cuando suena el despertador y quizás no hemos dormido apenas, a causa de un bebé que llora, un niño malito, terrores nocturnos, alguna tos inoportuna y un largo etcétera que se pueden dar en una sola noche...

A nosotras, que vamos a trabajar con las prisas, pero con nuestra mejor sonrisa. Trabajar donde sea, en una oficina, en un supermercado, despacho, tienda o en nuestra misma casa...ese trabajo duro y que a veces no se valora.

A nosotras, que salimos corriendo a la hora de la recogida, con el tiempo justo para llegar a comer y salir pitando a las clases extraescolares...

Que pasamos la tarde cambiando niños, montando y bajando niños del coche, que esperamos una hora a que terminen, pero que sonreímos al verlos disfrutar de hacer aquello que más les gusta...

Que nos da igual convertirnos en taxistas...en enfermeras, en magas, en malabaristas...

A nosotras, que nos plantamos nuestra mejor sonrisa y les ponemos nuestra mejor carita a nuestros niños, aunque estemos cansadas, a veces de mal humor, a veces tristes...

A nosotras, por ser mil veces más fuertes de lo que nos pensamos...

A nosotras, porque a pesar de todo lo dicho somos capaces de esperar a nuestros maridos con una sonrisa y con su cena favorita lista.

A nosotras, que hemos cambiado nuestros planes por cumpleaños infantiles. Que llegamos a casa con pintura de cara en la camiseta y con una sonrisa de agotamiento.

A nosotras, que pasamos las tardes en el parque con mil ojos para que no les pase nada...que vigilamos que uno va en la bici, la otra se columpia, y sujetamos al pequeño para que no se parta la crisma...

A nosotras, que después de pasar una tarde haciendo malabarismos, llegamos a casa y estamos dispuestas a acompañar a nuestras parejas...a donde sea...

Porque qué queréis que os diga, somos heroínas. Madres...

Esas que siempre tenemos el abrazo oportuno y las palabras mágicas...

Que sabemos en el momento en el que nos convertimos en madres que nada en nuestra vida volverá a ser como antes ni nosotras volveremos a ser las mismas...

A nosotras, que sabemos, a pesar de todo esto, que no cambiaríamos este trabajo por nada en el mundo...

Y que no hay nada que nos llene más de felicidad que ser como somos...nosotras mismas...

Besos desde el Sur

Feliz martes