martes, 3 de noviembre de 2015

Seguir...

Las pérdidas, duelen. Da igual qué tipo de pérdida sea, las hay de todo tipo, pero todas, duelen.

Decirle adiós a algo que soñabas, duele.

Despedirte de alguien que creías eterno, duele.

Admitir la pérdida, duele. Y a veces no se puede, no se logra...Porque en muchas ocasiones ni siquiera quieres sentirla...

No quieres que esté ahí. Fuera. Vete...

Sea cual sea tu pérdida...desgarra...

Te deja vacía, seca...

Perder duele.. Si, duele mucho...

Y esto va por ti, mi pequeña estrella.

Ya siempre será nuestra estrella.

Duele perder lo que se ha tenido tan poco tiempo en semanas pero será eterno su amor. Infinito...

Y a veces no consuela eso de que para ganar, hay que perder un poco...

Hay muchos tipos de pérdidas. Todas deben llorarse, aceptarse y no sentir vergüenza por sentirla.

Yo misma, a veces, le doy un plumazo al dolor. No quiero sentirlo...venga, vete...

Pero esa no es la solución. No es consuelo.

Porque es cierto que después de la tormenta llega la calma. La calma llega. No te hace feliz, pero llega.

Mi calma tarda en llegar, pero llegará, sé que llegará.

Ha sido un fin de semana lluvioso. De cansancio. De miedos, de rabia.

Pero llegará la calma.

Llegará nuestra calma pequeña estrella.

Hoy sigue lloviendo pero hoy ya no siento tanto vacío...a veces solo me permito sentirlo unas horas, un tiempo...

Luego hay que levantarse y seguir caminando. Un camino que sería más cómodo, más sencillo si dejaran de ponernos obstáculos en nuestro camino. Deja de dejarme migas de pan para seguirte.

No quiero tus migas. No quiero seguir tu camino.

Voy a seguir el mío propio. El que no duela. Un camino lleno de luces y esperanzas nuevas.

Y tú nos acompañarás siempre, mi pequeña estrella.

Besos desde el sur

Feliz martes

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