viernes, 23 de octubre de 2015

Mis estrellas...

¿Os he dicho alguna vez que odio a mi profesora de GAP? pobrecita...pero es que nos miente...sabéis eso de... venga que éstas son las últimas de verdad...MENTIRA, cuando crees que has terminado, te mete otra serie de 8 de sentadillas y se queda tan ancha...

Pues como eso, todo.

Una vez leí en un libro súper interesante, la historia de unos mineros que se quedaron encerrados. Sabían que el oxígeno podría acabarse antes de que llegaran para rescatarlos. Sólo uno de ellos tenía un reloj y era el encargado de ir diciéndole a sus compañeros el tiempo que les quedaba. Decidió engañarlos e ir diciéndole siempre que habían superado un tiempo largo. Ya pasó media hora. Cuando sólo habían transcurrido quince minutos. De esa manera, cuando llegó el rescate, todos los mineros habían sobrevivido. Todos menos uno. El que poseía el reloj.

Un poco de eso creo que hace mi profesora, te anima diciendo que ya vas a acabar pero ella sabe que te queda algún esfuerzo más...

Y tú mantienes esa esperanza.

Yo ya os hablé de mi esperanza y me despedí de ella hace tiempo, pero sólo en un determinada cosa, en otras la sigo manteniendo.

Alguien me dijo una vez que siempre quedará esperanza mientras haya buenas personas en el mundo.

Y yo, gracias a Dios, estoy rodeada de muchas de ellas.

Son mis estrellas.

Y hoy quiero hablaros de ellas.

Mis primeras estrellas son tres. Las más luminosas, las que más brillan en la oscuridad. Las que me sacan una sonrisa aunque esté profundamente triste. Estas estrellitas también logran volverme loca a veces...y me agotan otras tantas...Pero mi vida no tendría sentido sin ellas.

Son como la estrella de la Navidad, esa que me guía a mi destino.

Mis siguientes estrellas son las que están conmigo desde siempre, las que me vieron nacer y desde entonces uno de sus objetivos en su vida es cuidar de mi. Da igual lo que yo haga o diga o los desvíos que tome en mi camino. Ellas siempre están ahí. Una, decidió volar hasta el cielo para cuidarme desde allí, pero yo la noto cerca. Y dentro de mi, día tras día. Sé que nunca me abandona. Dejó ella aquí en la tierra a unas cuántas estrellas muy muy valiosas para cuidarme.

Mis siguientes estrellas han estado conmigo siempre, en el campo de batalla. En la infancia, en mi adolescencia, en mis mejores años, algunas me acompañan desde el principio, otras se han ido uniendo en mi camino y decidieron quedarse.

¿Sabéis cuántas estrellas me rodean?

En realidad me siento una privilegiada. Porque son todas ellas las que iluminan mi camino. Siempre.

Y hoy, simplemente, les quería dar las gracias por aparecer. Por quedarse. Por estar. Por no abandonarme.

Millones de gracias

Feliz fin de semana

Besos desde el Sur

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