miércoles, 23 de septiembre de 2015

Mi terapia...

Odio a las personas que comen y no engordan. Así, sin paños calientes.

Y las ves comer y comer y allí están ellas o ellos, delgaditos e ideales.

Bueno, a mi amiga del alma no la odio. Aunque vaya con ella al gimnasio y la mire para motivarme. Fuerte y delgada como ella sola y si no fuera porque es mi amiga y sé que es la última en parar de masticar en una comida me preocuparía por su salud.

Pero bueno, ella es de las afortunadas.

He de decir que yo siempre he sido un pelín vaguilla para el deporte. A ver, ir voy pero miro el reloj de la pared como si se me fuera la vida en ello...¿Cuánto queda por Diooos?..para salir de este infierno...

Nunca pensé que diría esto pero, ahora, LO NECESITO. Así, con mayúsculas, y es que el gimnasio se ha convertido para mi en una terapia...

Primero, es mi momento. No niños, no estrés, no pensar...Sólo piensas en correr encima de la elíptica, en cuánto me gusta la canción que está sonando y en las piernas tan estupendas que se me van a quedar...jajajaja.

Pero es que ya no es sólo eso...Ayer, estando con mi prima del alma en la clase de GAP (Glúteos, Abdominales y Piernas), en uno de estos ejercicios infernales de levantar la pierna hacia el techo mientras estás a cuatro patas...La escucho decir que iba a llorar del dolor...jajajaja...y derrumbarme....Apoyé mi cabeza en la colchoneta y os juro, que lloré de la risa....

Me pasé toda la clase con la risa floja...

¿Y puede haber mejor terapia que reírse?

Ir al gimnasio con mis amigas se ha convertido para mi en algo de primera necesidad. No sólo porque después nos tomemos esa ansiada cervecita al salir, que también, jajajja...Sino porque de verdad me viene genial y oye, si con eso y todo, consigo mantenerme en forma y verme mejor a mi misma, pues eso que gano en autoestima.

Que últimamente se había ido de paseo y no la encontraba por ninguna parte. Por fin la tengo conmigo. Tanto, que a veces me vengo arriba...Jajajaja.

Pero bueno, no creo que eso sea malo, sino al contrario. Me siento bien y se transmite. Aunque a veces me sienta Mamá Ogro. Creo, que no lo estoy haciendo mal del todo...Gracias a todas por vuestros comentarios sobre eso, sois estupendas.

Así que si alguna está dudando en apuntarse o no a ese gimnasio de la esquina, hacedlo!!!

Os juro, que es una terapia estupenda.

Besos desde el Sur

Feliz miércoles!

2 comentarios:

  1. jajaja qué vida nos dan esos ratos con amigas! eh?
    me alegro mucho que ir al gimnasio se haya convertido en una risoterapia para tí! para mí salir a andar o correr es un desprendimiento de adrenalina..taanto que vuelvo a casa como nueva! besos Rut

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