A ver si somos capaces de clasificar el díita que tuvimos ayer, Día Internacional de la Mujer, y si ya eres madre, estás sola ante el peligro y encima te levantas gafada...entonces ya, apaga y vámonos.
Todo empezó muy bien. O al menos iba manteniendo la calma, un pelín exaltada cuando oigo eso de: "Mamáaaa ven, mira lo que está haciendo Juanito...". Juan había decidió volcar todo un paquete de galletas en el suelo del salón y se lo estaba pasando pipa aplastándolas dando pequeños saltitos...
Con la casa medio recogida y todos vestidos nos fuimos a la calle porque si hubiera estado medio segundo más en casa hubiera embarcado a más de uno...
Yo creo que de todas las fotos que me llegaron ayer por nuestro día me quedo con esta...
Súper poderes era lo que yo necesitaba ayer para lidiar con todo.
Solecito, un rato de parque, comer al sol con una amiga, luego otra vez al parque con un café bombón de premio y Juan durmiendo siesta en el carro. Media hora de regalo para mi.
Todo iba bien hasta que decidimos irnos a un mercadillo artesanal organizado por una gran amiga. Monto a los niños en el coche, voy a salir del aparcamiento que había justo detrás del parque y...
Horror!!!!!
Veis esas preciosas bolitas en la carretera? Delimitando no se el que porque es que no se ven...
Pues la que no veis fue la que yo me tragué y quedó justo debajo de mi coche. Vaya susto que me pegué...Al ayuntamiento debería denunciar porque como tenía hasta público, más de uno me dijo que casi todos los días alguien se traga una bolita. Que hay que tener mala leche...
Conclusión, esperar a la Grúa que me sacara de allí. Y gracias a Dios no hubo daños en el motor.
El señor de la Grúa no daba crédito y no sabía como arreglar aquel desastre...Mis niños estaban alucinados y a todo el mundo le cuentan que su mamá se tragó una bola. Jajajaja.
Y para rematar bien el día, cuando por fin llegamos al Mercadillo, Juanito da un traspiés y se cae de boca con partida de la labio incluida. Sangre, llanto y mucha penita de mi bebé.
Pero vamos para como es él de movidito, demasiadas pocas cosas le pasan.
Porque él quiere ser uno más y no se da cuenta de que aún es un piojo...
Así que si, fue un día precioso para dejar constancia aquí, para el recuerdo...
Pero bueno, disfrutamos del sol, de buenas amigas y gracias a Dios no hubo daños graves que lamentar.
Eso sí, los ventilé rápido y a las 9 estábamos todos en la cama. Punto y final.
Una hace lo que puede pero hay días que no doy para más.
Besos desde el Sur
Feliz lunes.
uuhh qué mala idea las puñeteras bolas no? Y Juanito pobrecito! si es que yo también pienso como tú,que pocas cosas les pasan..son demasiado intrépidos..menos mal que tendrán sus angelitos de la guarda con ellos..aunque el susto nos lo dan!
ResponderEliminarMil besoss