Ir a la playa con niños se puede convertir a veces en una
tarea muy tortuosa…a pesar de que me levanté animada con la idea e iba auto
convenciéndome todo el camino de que pasaríamos un día fabuloso de “no estrés”…a
medida que va pasando el día esa paciencia va desapareciendo…
Punto 1. La arena quema, (es lo que tiene la arena de
Marbella, que no es arena, sino tierra…oscura como ella sola). Y mis hijos no
se enteran de que quema!!!! Por más que se lo digas veinte veces…
Punto 2. Tengo que apuntarme comprar un carrito como los de
la compra para ir a la playa, piscina o sucedáneo. Debido a que una toalla para
cada miembro de la familia (4), una grande tamaño familiar para ponerla en la
sombra llena de juguetes (para que después jueguen en la arena), neceser con
comida, neceser con pañales y objetos de baño- tipo cepillos, colonia, etc-
Neceser con bañadores de repuesto –necesario por lo menos 3 por niño- Bolsito
con cubos, palas, regaderas y demás artilugios para jugar en la arena (que
luego el niño se niega a llevar él), Neceser con cremas protectoras…Todo ello
en un solo bolso (Mega bolso pero no es el de Mary Poppins) y una sola madre
con dos brazos es algo muuuuy estresante. Leáse que el padre estaba jugando al
paddle…ese sí que es listo!. Cuando llegó estaba todo hecho.
Punto 3. No sé por qué extraña razón los chiringuitos ponen
esterillas verdes o en su defecto pasarelas de tablitas para llegar a las
hamacas pero NO las continúa hasta el final de las susodichas hamacas…por lo
que si solo quedan libre las hamacas de la esquina te toca tirar de una McLaren
con una gorda de 9 kilos dentro, un Mega bolso que pesa un quintal, la bolsita
con cubos, palas, etc etc y tirar de un niño de dos años que por más que le
dices que se espere, que ahora vas a por él, te sigue con sus mini chanclas
achicharrándose los pies y llorando, claro está..porque está a punto de sufrir
quemaduras de primer grado…
Punto 4. Momento protección. Que a ver por qué no me meto en
la cabeza o no me acuerdo de echársela en casa…me ahorraría ir corriendo detrás
de un niño de dos años…que menos mal que las cremas las hacen de spray, porque
acabo lanzándole la protección 50 desde lejos…o a una gorda sentada en la
tumbona, que se empeña en rodar como una croqueta y protegerla es más que
complicado…
Punto 5. Momento vamos a la orilla. Primero llevo a uno, con
sus manguitos puestos para nada, porque cada vez que se acerca al agua, da un
respingo y huye…O lo que es peor llevo a uno de la mano corriendo para no
achicharrarnos ninguno de los dos, con una gorda de 9 kilos en la cadera, más
los cubos, palas, etc etc…por lo que llegar hasta la orilla es tarea
complicada.
Punto 6. Cayetana se lo come todo. Y cuando digo todo, es
TODO. La arena a puñaos, chupa las palas..y por más que le dices que no, ella a
lo suyo. Acaba rebozada como una croqueta, con toda la boca, lengua y pestañas
llenas de tierra. Por lo que a la santa madre le toca ir a llenar el cubito de
agua limpia 20 veces para enjuagarla…
Punto 7. Y ya el remate del tomate. ¿Por qué en algunos
chiringuitos NO HAY DUCHAS? Que atraso!!!!! Ya limito mis días en los
chiringuitos marbellíes no porque se coma bien, sino porque haya o no haya
duchas. Así de claro. Punto pelota. No hay ducha, no voy. Me da igual de que
hagan el mejor arroz negro de la Costa del Sol…
Así que no. Para mí un día de relax en la playa era cuando
me llevaba mi super monísimo cesto con mi toalla, mi sándwich vegetal, mi
Discman, mi novelita y me tumbaba vuelta y vuelta a NO HACER NADA.
Ahora, con un niño de dos años de secano total y una gorda
que se lo come todo, hasta colillas, que no sé de donde encuentra ella toda la
basura de la playa…los días de playa se han convertido en una odisea de estrés,
calor y arena pegada por doquier.
Bendita piscina!!!!
Besos desde el Sur…
Feliz lunes!
