Esta siendo una Semana Santa de lo más extraña...lo digo por la lluvia, que parece que ha decidido hacer acto de presencia cuando menos la queríamos, aqui lleva lloviendo desde el Domingo de Ramos, para que luego digan que vivimos en la Costa del Sol...Así que el domingo entre que estaba nubladísimo y que Ignacio estaba con fiebre no pudimos ir a ver La Borriquita ni nada, con la ilusión que yo tenía de pasear por el casco antiguo, ver la Procesión y luego picotear por ahí..tal y como hicimos el año pasado que hizo un tiempo 10...Bueno, así lo ha querido Dios como dicen algunos, sobre todo en mi Sevilla, que no es justo que miles de personas se queden sin sacar a su Cristo o a su Virgen por la lluvia..da un coraje..pero es lo que hay!
Mi Semana Santa son siempre una mezcla de sentimientos..por un lado recuerdo la de mi niñez, esa Semana Santa que me gustaría inculcar a mis hijos y que ellos la vivieran con la misma intensidad con la que la vivía yo siendo una niña...cuando sentada en las Sillas de la Avenida de la Constitución, nos acercábamos a los nazarenos para que nos echaran cera en nuestra bolita de papel de plata, que al final de la semana era más bien una pelota de tenis de tanta cera...o para que nos dieran caramelos...el tocar el paso y santiguarnos a la vez, el silencio, el respeto...Tengo tantos buenos recuerdos, el estar en medio de una bulla y no poder moverte, agarradas las tres primas de la mano, el día que perdimos un zapato, merendar en el Horno de San Buena Aventura, la música, las tres bolsas de cacahuetes a 20 duros, el ir corriendo para ver un Paso en un determinado sitio, el olor de las patatas fritas en el Arco del Postigo, mezclando con el incienso, el azahar y la luz de los cirios...la Madrugá con mi Tia Pastora en la calle Sierpes...Esa Semana Santa de la que no me perdía ni un detalle...y que tanto me gustaba...
Luego está la Semana Santa marbelli, que es más bien un pre-verano, con sus playas abarrotadas cuando el tiempo lo permite, la gente en las calles, el olor a azahar, llevar manga corta, sandalias, comer en chiringuitos, otra Semana Santa diferente pero embriagadora igualmente...
Pero no os creais eh? Marbella también tiene sus Procesiones y su encanto, algo que buscaré cada vez más para que mis hijos la vivan como yo y tengan también esos maravillosos recuerdos que guardo yo de mis vacaciones de Semana Santa en mi tierra, cuando aprovechabamos para ver a la familia, a los abuelos y a vivirla desde dentro, algo que o se siente, o no se siente...
Un beso para todas y Feliz Semana Santa!
AY!!! Pero que bonito lo cuentas todo Rut, hija, mientras nos contaba tu niñez un nudo en la gargata, porque aunque tengo que reconocer que no soy muy de semana santa, de un tiempo a esta parte mi hermano pequeño con el que me llevo 13 años ha hecho que todos nos involucremos y admiremos la semana santa, desde que era pequeñin le pedia a mi madre ir a ver los paso, te digo de un enano con a lo mejor 7 o 8 años, para ver la madruga (almeriense) no le importaba levantarse a la hora que fuera,su habitacion es un numero, todo lleno de virgenes y santos (los carteles de las semana santa) en casa todos lo mirabamos como el bicho raro de la familia, pero poco a poco, con su admiracion y respeto, nos ha echo ir cambiando a todos, fue penitente, y ahora costalero ,ya tiene 24 años, el año pasado y este no pudo sacar a su virgen y ni te cuento como llorabamos.... En fin, increible pero asi es. Ayer yo le preguntaba a mis peque ¿que quereis que bajemos al parque o ir a ver una procesion y los dos gritaba... A VER UN PROCESION!!!!
ResponderEliminarAsi que en mi casa si o si ya tenemos que vivir la semana santa.
Besos y que se ponga pronto el peque bueno.
Charo
Que bonito! Que ilusión me ha hecho saber un poco más sobre ti! Sobre tú niñez...!
ResponderEliminarUn besito