La capacidad de los niños

Es sorprendente como son los niños a la hora de aceptar situaciones. Por suerte, mis niños son aún muy pequeños para comprender por qué su padre no está con nosotros.

Era algo que me llenaba de preocupación y me afligía muchísimo. Sentir que les hemos fallado. Que les ha fallado...

Incluso la rabia que sentía al ver cómo su padre se bajaba del barco a la primera de cambio, con la actitud de nuestros hijos, esa rabia fue disminuyendo...

Es cierto que llegar a donde estamos ahora, siendo amigos, me ha costado mucho. Mucho más cuando una persona es engañada, como ha sido mi caso.

Con el paso de las semanas he ido primero Aceptando, Asimilando...el Perdón aún no ha llegado.

Es por eso que a día de hoy somos capaces de comer juntos con los niños, pasar una velada divertida, incluso tomarme un vino alguna noche.

Porque es muy difícil borrar de tu vida a una persona, y yo no estoy preparada aún para no contar con él para nada. Él es mi amigo, mi confidente, y por siempre jamás, el padre de mis hijos.

He tenido la suerte, si es que se puede decir así, que por las edades de nuestros hijos, ellos no son conscientes de la verdadera situación. Lo único que detectan es que su padre no duerme en casa.

Él los lleva al colegio cada mañana. A veces llega para la cena y el cuento...

Y yo, empecé a aceptar y a permitir sólo por mis hijos y su felicidad.

Hoy creo que hice lo correcto. Porque lo que realmente traumatiza a un niño es ver que sus padres no pueden estar juntos ni cinco minutos, cuando las conversaciones entre sus progenitores se vuelven gritos, insultos...Eso, en mi opinión, es lo que hace que una separación sea dolorosa...

Y es que, amigas mías, en mi caso, no se ha ido el amor...aún hay mucho. Sólo hay aguas turbulentas y una tercera persona en la mente...

Ojalá jamás hubiese ocurrido, pero ocurrió.

Y antes, veía el futuro con miedo, con tristeza, no concebía mi vida sin él. Sencillamente no quería hacer nada en el que no estuviera él...

¿Y sabéis que? Que ahora siento que puedo, que me costará muchísimo, pero que si es lo que él ha escogido, yo no puedo cambiarlo...Y no me queda más remedio que mirar al futuro con valentía...

Ahora poco a poco voy mirando más por mi. Pero sobre todo, toda esta fuerza que hoy me levanta son ellos. Mis tres enanos. Porque ellos sonríen a todas horas y son felices...

Hace poco en una conversación con unas amigas, salió a colación la de parejas que hoy en día se separan. Las cifras dan miedo, asustan...

Y yo, a pesar de que me está pasando a mi, no lo veo para nada como algo común, como la vida misma...No, señores. Yo me casé con el hombre de mi vida y jamás pensé que me separaría.

Que la gente se tome el matrimonio a la ligera es algo que me da tanta rabia...Existen valores, el respeto...Será que yo he crecido en una familia donde el amor ha movido tanto...Mi padre son once hermanos. Once. Ningún divorcio.

Será por eso que peleo con uñas y dientes y soy capaz de olvidar. Porque para mi, una familia unida es ante todo, mi prioridad.

Pero no voy a pelear sola. Eso lo tengo hoy más claro que nunca.

Y si a pesar de toda esta situación, mis hijos sonríen, juegan, y nunca jamás me preguntan por qué su padre no duerme en casa, me demuestran que a pesar de todo, lo estamos haciendo bien.

Y eso es lo único que importa.

Besos desde el Sur